viernes, 28 de octubre de 2011

¡Desecha Halloween!

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” Efesios 6: 13

Hay una época del año en la que abiertamente pudiéramos hablar del “día malo”. Ese tiempo del año es sin lugar a dudas Halloween, que no sólo es un día sino una serie de semanas.

Se presenta ante los niños y sus padres como una fiesta inocente y divertida, pero, no sólo esconde un pasado/presente de suma maldad, sino que es mala hasta en su presentación.

“Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti” (Deuteronomio 18: 9-12)

Como veremos a lo largo de este artículo, Halloween es un acto de hechicería bien calculado, y preparado actualmente para dañar a los niños y jóvenes mayormente, cuando sus tutores, por dejadez o ignorancia, prestan nula atención a tal peligro espiritual.

Nosotros como padres, tenemos la responsabilidad ante Dios de cuidar a nuestros hijos. Si en sus colegios, celebran Halloween, sencillamente hablen con sus profesores y díganles que por motivos personales, sus hijos no participarán ese día de todas esas cosas, y que si es menester, se quedarán en casa. ¡Usted tiene derechos!

No permita que sus hijos participen de esa maldad.

“La fiesta de Halloween, nada tiene que ver con la sana tradición, sino que es pura iniquidad, y presentando un aspecto más o menos deseable e inocente, oculta una maldición que nunca ponderaremos suficientemente - ¡desecha Halloween!”

Quita toda distracción de tu vida
Estamos inmersos en una guerra abierta, y la inmensa mayoría de los creyentes no se aperciben de mucho. Viven ensimismados, en su cotidianidad y sus quehaceres. No se dan cuenta de que el enemigo planea sobre sus cabezas, proyectando su sombra de muerte lo más negra que se le permita, y sin embargo la Palabra nos exhorta a “que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2: 11). Una de las maquinaciones del diablo es la de llevar al pueblo de Dios a una constante distracción.

El diablo teme al cristiano que ora, intercede, echa fuera demonios, pero se ríe del cristiano distraído. Ese tipo de cristiano no supone ningún tipo de amenaza para el enemigo de nuestras almas.

Un ejemplo claro del cristiano distraído es el de la iglesia de Laodicea (Ap. 3: 14). Los laodicenses andaban más que distraídos en su propia autosuficiencia, en su propio error de pensar que todo lo tenían, y que no necesitaban nada. Vivían inmersos en la trampa de la banalidad, y de la autocomplacencia, esta es una de las principales distracciones.

Hoy en día, el mismo espíritu de Laodicea está más que presente en mucho del sector eclesial. El cristiano espiritualmente dormido, no es un peligro para el enemigo. Hay muchas maneras de dormir al creyente, una de ellas es diciéndole que prestar atención a las obras del diablo, o hablar sobre el diablo, es darle la gloria al diablo, y que por lo tanto, lo mejor es ausentar de nuestras conversaciones, predicaciones, enseñanzas, etc. todo lo concerniente a su influencia y labor. El cristiano entonces, se aletarga espiritualmente, y deja de luchar, ¿para qué luchar, si el diablo ya fue derrotado en la Cruz? Sacando esta última frase bíblica de su contexto, se consigue adormecer al creyente, y mientras tanto, Satanás saca inmensa ventaja para seguir haciendo su obra de destrucción.

William Schnoebelen, en su libro “Lucifer destronado”, dice lo siguiente: “He hablado con cristianos que son sinceros e inteligentes, pero que piensan que el mundo espiritual tiene poco o ningún impacto sobre ellos. Piensan que quizás haya un demonio ocasional sobre China, y que de vez en cuando, algún misionero metido en problemas, podría ver un ángel” (1) Viven de espaldas a la realidad espiritual, pero ya no podemos pagar más por ese lujo. La realidad se está imponiendo, y el pueblo de Dios de aprender a sacar su espada y aprender a manejarla…contra el enemigo espiritual.

jueves, 27 de octubre de 2011

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¡Levántate y Lucha!
por Enrique Monterroza




Sé que a veces quisieras rendirte, se que a veces piensas que no podrás, que todo está perdido y que sobre todo las fuerzas se te han terminado.

Te he visto llorar cuando te has sentido incapaz, he visto pensativo los últimos días, he visto como has querido disimular que te sientes mal en muchas ocasiones.

Sé que a veces ríes mientras quieres llorar, se que tratas de cuidar tu imagen porque no quieres que los demás dejen de verte como esa persona fuerte que eres.

Sé que tienes muchos conflictos internos, se que a veces piensas que no cumpliré mi promesa, se que a veces piensas que me he alejado de ti y en muchas ocasiones crees que por tus errores no mereces que te conteste.

Yo conozco todo de ti, se quién eres, conozco tu corazón sincero, se que muchas veces quisieras ser más fuerte, pero cedes, se que muchas veces quisieras agradarme, pero fallas en el intento. Te he visto cuando fallas, veo la angustia que hay en tu corazón por haber hecho lo contrario, se lo arrepentido que estas y sobre todo sé que me amas con todo tu corazón.

Yo lo sé todo, porque morí por ti, porque vivo en ti, porque eres mío, porque a donde vayas te acompaño, y en tus momentos de tristeza y soledad, he estado sentado junto a ti.

Sé que en muchas ocasiones te has olvidado de mí, has pasado en algunos momentos de tu vida sin comunicarte conmigo, pero aun así, yo te sigo amando porque mi amor por ti es eterno. Yo te espero cada mañana al despertar, te acompaño en tu diario andar, te cuido, te protejo y cada noche estoy ansioso por escucharte hablarme y aunque a veces el cansancio o el stress del día te ganan la partida, estoy allí para cuidar tus sueños y darte el descanso que necesitas, soy Fiel a ti, porque te lo prometí, nunca te he dejado ni lo hare, por favor, no me dejes tu, quiero que me acompañes por toda la eternidad, quiero escucharte hablarme con esa sinceridad que lo sabes hacer.

Anhelo oírte cantar, me fascina oír tu voz sincera; cuando esas lagrimas de gozo salen de tus ojos son mi alimento, puedo verte feliz verdaderamente cuando te rindes a mí, esos momentos íntimos que hemos pasado son los mejores que seguramente has vivido, y en cada uno de ellos te he recordado lo mucho que te amo y lo mucho que estaré siempre contigo.

¡Vamos! No te rindas ahora, yo he prometido estar contigo siempre, no te dejare, ni te desamparare, ¡Levántate! Vuelve a comenzar, porque yo te mostrare cosas grandes y maravillosas que aun no has visto, solo sigue luchando, jamás creas que estas solo, ni mucho menos que te abandonare, Yo jamás te dejare.

Hoy solo quería recordarte lo valioso y valiosa que eres para mi, ¿Te sorprende?, ¿Por qué? Solo quiero mostrarte que no me he olvidado de ti, que para mi eres mi especial tesoro, la niña de mis ojos, te veo y sonrío, porque veo en ti lo que tú no puedes ver aun, lo que tengo preparado para ti es algo más maravilloso de lo que en algún momento pensaste, porque te amo, porque vales mi sangre.

Yo solo quiero pedirte que te levantes y luches, no te des por vencido, no te rindas, que las presiones de la vida no te derroten, que las circunstancias que estas pasando no te desanimen, si me tienes a mí de tu lado, entonces ¡Vamos a vencer!, tu eres victorioso en mí, porque yo te he dado la victoria, no le temas al mundo, porque Yo ya lo he vencido.

¡Levántate y Lucha!, muéstrame que me amas luchando, yo estaré allí para sostener tus brazos, para darle fuerza a tus piernas para no dejarte caer, para respaldarte en la batalla, solamente ¡Levántate y Lucha!

Tranquilo, tranquila, solo déjame abrazarte, déjame hacerte sentir que soy Yo quien está a tu lado en este momento, quiero que sientas lo mucho que te amo y lo mucho que estoy dispuesto a hacer en ti, si me lo permites.

Déjame acariciar tu cabello, déjame recostar tu cabeza en mi hombro, déjame cubrirte en un abrazo, besarte la frente, verte a los ojos y decirte: “No te voy a dejar nunca”.
Te amo y siempre estaré allí a tu lado

Con el amor más puro que pudiera existir
Jesucristo