martes, 12 de octubre de 2010

Recuperar la sobriedad.

La tendencia a gastar en suntuarios no ha parado aun en momentos de crisis. Si hiciéramos una pequeña encuesta podríamos determinar que la mayoría de las personas tienen deudas, que gastan más de lo que ganan y su poder de ahorro es igual a cero. A veces las compras obedecen a impulsos, a ofertas, al impacto de la propaganda o a las emociones, más que a necesidades reales.
Los países que reconocen su crisis financiera, entre ellos España y Argentina nos dan algunos consejos que pueden ayudar antes que nos llegue el cataclismo y no sepamos cómo salir ilesos.

“1.- Llevar un registro. Antes que nada, es preciso hacer un rastreo del dinero que usamos. En definitiva, saber en qué se gasta. Un buen ejercicio es anotar durante 15 días lo que desembolsemos y en qué. Se tienen que tener en cuenta las propinas, el lavado del auto, la comida afuera, las compras en el súper, el cafecito, la gasolina, el subte y hasta las revistas. Además se deben incluir los gastos mensuales como el alquiler, luz, agua, Internet, teléfono y las cuotas de las tarjetas de crédito.

2.- Análisis de tu balance. Si en esos 15 días gastaste $ 1500 y tu medio sueldo es de $ 1000, rápidamente verás que estás gastando $ 500 de más cada 15 días o $1000 más al mes. Son billetes que no tienes y que estás consumiendo. Se trata de dinero prestado: ¡Ojo con la tarjeta de crédito!

3.- Evaluación de cada gasto. Hace una evaluación de cada ítem. Por ejemplo, si gastas $ 200 al mes en cafés, analiza fríamente: ¿realmente son tan importantes esos cafecitos? o ¿podrías comprar un termo y llevar el tuyo? Todos los ítems que consideres fundamentales puedes dejarlos. Los demás: ¡Afuera!

4.- Establecimiento de metas. Gastar menos es la meta general. Pero ¿cuánto menos? ¿Para qué? ¿Durante cuánto tiempo? Estas preguntas son importantes para poder llevar a cabo ese objetivo. Cortar las deudas de tarjetas (plan a mediano plazo) o crear un fondo para emergencias. Una vez eliminados los ítems que no son importantes y que se llevan tu dinero, analiza cuanto puedes cortar al mes de gastos y asígnalos a un objetivo concreto.

5.- Resistir tentaciones. Todos tenemos cosas que nos "disparan" el deseo de comprar. Es importante ver cuáles son las nuestras (son extremadamente personales) y poner en práctica el complicado arte de aguantarse. Al principio será muy difícil. Luego, moderadamente difícil y más adelante (si perseveramos un poco) ya no lo será. Sobre todo en ciertas cosas. Si te tienta salir a dar la vuelta al shopping, ni te acerques. Hay muchos cines afuera de los centros comerciales.

6.- Olvídate del "me merezco" No te mereces pasarte 18 meses pagando por lo que compraste en un día. No te mereces tener que pedir más prestado porque no tienes para pagar un gasto de emergencia. No te mereces estar angustiado por la falta de dinero la mayor parte del tiempo. ¿Pensaste en estos "no me merezco"? Todos nos merecemos tener cosas buenas, no se trata de "meritocracia", se trata de planificación y de aprender a esperar para tener lo que deseamos. Lo que es un hecho es que no podemos tener todo al mismo tiempo.” *

Tal vez (¿por qué no?) sería el tiempo para colocar nuestra mirada más allá de lo trivial y acceder a la sencillez de una vida verdadera.

“nosotros, que somos del día,
 seamos sobrios,
 habiéndonos vestido con la coraza de la fe y del amor,
 y con la esperanza de salvación como casco”

(1 Tesalonicenses 5:8)

No hay comentarios:

Publicar un comentario