Noche de brujas
¿Qué tiene de malo? ¡Eres una fanática! ¡Mira si una inocente celebración donde los niños se disfrazan y se divierten puede resultar algo “peligroso”! ¡Por favor! Así concluyó años atrás el último e-mail de un amigo de la infancia, de origen argentino, radicado hace varios años en Alemania, a quien le había contado el verdadero significado de Halloween y lo que Dios dice al respecto. Dice la Biblia “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20)La Noche de Brujas o Halloween se celebra en la noche del 31 de octubre. Los niños y jóvenes se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta, pronunciando la frase "truco o trato", "dulce o truco" o "dulce o travesura" (proveniente de la expresión inglesa trick or treat). Si los adultos les dan caramelos, o dinero han aceptado el trato. Si se niegan, los chicos les gastarán una broma.
Creencias
Se dice que la noche de Halloween, la puerta que separaba el mundo de los vivos del Más Allá se abría y los espíritus de los difuntos hacían una procesión en los pueblos en los que vivían. Esa noche los espíritus visitaban las casas de sus familiares, y para que los espíritus no les perturbasen los aldeanos debían poner una vela en la ventana de su casa por cada difunto que hubiese en la familia. Si había una vela en recuerdo de cada difunto los espíritus no molestaban a sus familiares, si no era así los espíritus les perturbaban por la noche y les hacían caer entre terribles pesadillas.
La historia
La historia del Halloween se remonta a hace más de 2.500 años, cuando el año celta terminaba al final del verano, el 31 de octubre de nuestro calendario. El ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos se guiaran por medio de estos hasta llegar a un lugar mejor. De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces. De los celtas a los romanos Desde Italia, tomando los dominios celtas, llegaron los romanos. Éstos ya tenían ocupados los últimos días de octubre y principios de noviembre con festividades que llamaban "Las Fiestas de Pomona", dedicadas a la diosa de los árboles frutales (era algo así como la vendimia o celebración de la cosecha), por lo que se mezclaron frutas con malos espíritus para celebrar este día.
La Iglesia
El Papa Gregorio III (entre 731-741 d C) estableció el “Día de todos los santos” el 1º de Noviembre en un intento de eliminar el paganismo y librarse de la competencia religiosa. Cien años después quedaría confirmada esta fecha. En Inglaterra se la llamó "All Hallows' Day" o Hallowsmass. Por ser una fiesta muy popular se acostumbró celebrar también una víspera (palabra que en inglés se traduce Eve) la noche anterior, a la que se le llamó "All Hallows' Eve" (Víspera de Todos los Santos). Debido a la costumbre inglesa de contraer los nombres para una pronunciación más rápida y directa, esto derivó en el definitivo "Halloween", aunque la fiesta religiosa original nada tiene que ver con la celebración del Halloween actual.
Disfraces y calabazas
En la Edad Media algunos bandoleros se disfrazaban de espíritus para cometer sus fechorías. De ahí viene la costumbre de disfrazarse. Algunos años después esta festividad llega a Estados Unidos, traída por los pioneros, y es aceptada como una tradición, integrando todos los detalles antes mencionados. Era una fiesta católica de pequeños grupos de fieles, que se popularizó enormemente con la llegada de los irlandeses alrededor de 1840. Fueron ellos quienes le añadieron la "Jack O'lantern" (la calabaza hueca con una vela dentro), debido a la leyenda celta de "Jack el Tacaño".
El espíritu deambulante
Jack era un irlandés borracho y avaro que, tras engañar al diablo vendiéndole su alma y haciendo que después no la pudiese cobrar, al morir quedó vagando, ya que ni podía entrar en el cielo ni en el infierno, deambulando por pueblos y aldeas, yendo de casa en casa pidiendo precisamente "truco o trato". La leyenda asegura que lo mejor era hacer trato, sin importar el costo que éste tuviera, pues de no pactar con este espíritu él usaría sus poderes para hacer "truco", que consistiría en maldecir la casa y a sus habitantes, dándoles toda clase de infortunios y maldiciones como enfermar a la familia, matar al ganado con pestes o hasta quemar la propia vivienda. El diablo le dio un carbón del infierno para que iluminase su camino, poniéndolo Jack en un nabo que se iba comiendo. Los irlandeses, descendientes de los celtas, tomaron la tradición de ahuecar los nabos y colocar carbón para iluminar y dar la bienvenida a sus seres queridos. Cuando llegaron a América descubrieron las calabazas, las cuales eran bastante más fáciles de vaciar.
Masividad
La fiesta comenzó a celebrarse masivamente en 1921, cuando se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y luego le siguieron otros estados. La internacionalización del Halloween se produjo a finales de los años 70 gracias al cine y la televisión. En 1978, se estrenaba “La Noche de Halloween”, de J. Carpenter; una película ambientada en la víspera de Todos los Santos que supuso una referencia para el cine de terror con innumerables secuelas e imitaciones. Actualmente se celebra en los cinco continentes.
Qué dice la Biblia
“No aprendáis el camino de las naciones….porque las costumbres de los pueblos son vanidad” Jeremías 10: 2-3
“…no aprenderás a hacer las abominaciones de aquellas naciones…no sea hallado en ti quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Dios cualquiera que hace estas cosas” Deuteronomio 18:9-14
“ Pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol” Eclesiastés 9: 5-6
“ No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas.” Efesios 5:7-12
No hay comentarios:
Publicar un comentario